Las Agendas de Paul Brunton, volumen 7, «Sanación del Yo»

El siguiente texto sobre Sanación es una selección de los Agendas de Paul Brunton, vol. 7, titulado «La Sanación del Yo», que cubre los siguientes temas:

“Es la actividad rutinaria del cerebro y especialmente la tendencia mental hacia la ansiedad y el miedo que es expresada a través del mismo, lo que interfiere con los procesos de curación de la Naturaleza, ya sean espirituales, físicos o ambos; o los obstruye, retrasa o derrota por completo. Esta ansiedad surge del confinamiento del paciente a su ego personal y de su ignorancia de la organización del patrón del cuerpo en la Idea-Mundo, un patrón para el cuidado y protección del cuerpo humano.

El remedio está en sus propias manos. Es doble: primero, pasar del pensamiento negativo al positivo, mediante la adquisición de la fe en el cuidado del cuerpo o el conocimiento del mismo; segundo, dar al cuerpo y al cerebro un descanso completo, según la capacidad de cada uno, que se logra mediante el ayuno y la meditación. El primer cambio es más fácil, la idea positiva y opuesta se reemplaza inmediatamente, tan pronto como la negativa aparece en su campo de consciencia. Se entrena a sí mismo para no aceptar pensamientos dañinos y vigila su mente durante este período de entrenamiento. Este pensamiento constructivo debe mantenerse y nutrirse con firme concentración durante el mayor tiempo posible. El segundo cambio requiere la abstinencia de todos los pensamientos, el silencio mental, así como la abstinencia de todos los alimentos desde uno a tres días «.

“Hay una sola fuente de Vida que rodea el universo y penetra al ser humano. Gracias a esta presencia, es capaz de existir físicamente y funcionar mentalmente «.

“Este poder que dio existencia al cuerpo originalmente, mantiene sus funciones involuntarias, cura sus enfermedades y cura sus heridas. Está dentro del cuerpo mismo; es el aspecto de la fuerza vital del Alma, del Yo Superior. Su virtud curativa puede expresarse a través de varios medios, como hierbas y alimentos, baños calientes, fríos o de barro y respiración profunda, ejercicio y osteopatía, o puede expresarse por su ausencia total, como en el ayuno, generalmente el más efectivo y un poco más rápido. O  desdeñando por completo los métodos físicos, actuando directa y casi milagrosamente como una curación espiritual «.

“La curación espiritual debe estar separada de la curación mental, ya que la primera obra por un descenso de la Gracia divina, y la segunda por una concentración del poder de la mente. Una curación en el primer caso, no sólo será permanente, sino que también afectará el carácter del paciente, mientras que en el segundo caso,  la curación puede ser y suele ser, (especialmente cuando se utilizan métodos hipnóticos) transitoria, mientras que la personalidad permanece intacta. » “Cuando esto sucede (la curación es temporal), significa que algún tipo de pensamiento o sentimiento incorrecto es la causa de la enfermedad física. La forma correcta de sanarlo, por lo tanto, es llegar a la base psicológica del problema, es decir, efectuar un cambio interno «.

“La base del trabajo de la curación superior es la realización del ser humano como Mente. Pero esa Mente es una entidad adimensional, no individualizada e incondicionada. No es mi mente individual. El campo de la Mente es común, mientras que el campo de la consciencia se divide en partes individuales y separadas. Ésta es una diferencia con vastas implicaciones, ya que quien pueda pasar del segundo al primer campo simultáneamente se mueve de un mundo absurdamente limitado a un mundo extremadamente vital. En consecuencia, la curación genuina y permanente se logra sin la asociación consciente de la persona y puede efectuarse abandonando la mente de su ego y con ella todos los deseos egoístas.

Por lo tanto, el primer esfuerzo debe ser el de ignorar la enfermedad y lograr la realización. Sólo después de que esta última ha sido conquistada, se permite que los pensamientos desciendan a la enfermedad nuevamente, con la serena confianza de que la condición corporal puede dejarse a salvo, en manos de la Mente -Mundo para su final disposición, según Ésta decida. No debe hacerse el menor intento de dictar una curación al poder superior, tampoco el mínimo intento de incluir una voluntad personal en el tratamiento. Tales intentos sólo frustrarán su propósito. Estas cuestiones serán parcialmente decididas de acuerdo al balance de factores kármicos y evolutivos involucrados en el caso individual «.