La eficacia de una afirmación depende también de que se repita con toda la mente y el corazón indiviso, con confianza en su poder y el sincero deseo de elevarse.

Si un pensamiento entra en su mente o un deseo despierta sus sentimientos, de los que se avergüenza; pero que no tiene fuerzas para resistir, que repita inmediatamente una afirmación apropiada, o su frase familiar y habitual, o cualquier palabra pertinente, y continúe repitiendo hasta que su mente y sus sentimientos se aclaren nuevamente.